Esos necios fascistas

Como prometí hace días (y con bastante retraso) el post de hoy va dedicado a dos personajes que han calado hondo en algunos sectores de la sociedad española y que por fortuna ambos yacen bajo tierra sin poder levantar más ampollas en la gente que ha luchado por la libertad que ahora todos disfrutamos.

Estoy hablando de los Primo de Rivera. Miguel el padre, dictador militar. José Antonio el hijo, fundador de la Falange Española.

Del primero hay que decir que se alzó en armas mientras se intentaba instaurar una democracia bajo el reinado de Alfonso XIII. Pero claro, las mentes cortas sólo se entienden a leches a lo largo de la Historia. Por cierto, este monarca (que tiene una estación de Metro en Madrid con su nombre y todo) hizo oídos sordos al consejo del que era entonces Presidente, Antonio Maura, pidiendo resistencia ante la instauración de cualquier sistema autoritario. Alfonso pasó de él y nombró Presidente del Gobierno a Miguel Primo de Rivera volcándose a favor de la revuelta militar. Sólo se intentaron resistir los sindicatos obreros y los republicanos, pero a base de palos y represión los hicieron callar.

Del hijo decir que heredó de su padre el título de Marqués de Estrella y que fundó junto a Ruiz de Alda la Falange, que por aquel entonces era el Movimiento Español Sindicalista basado en la ideología fascista de Mussolini (curioso que con ese nombre los fascistas siempre hayan intentado oprimir a los sindicalistas). Después unió la Falange a las JONS y le nombraron jefe único del partido. De actitud similar a Hitler, usando la fuerza de los micrófonos en los mítines y provocando violentas agitaciones callejeras, no consiguió ni un solo escaño en las elecciones de 1936. Como la gente no lo quería y como buen facha que era, decidió que la mejor forma de llegar al poder era a palos. Por suerte fue encarcelado en 1936.

De este último también hay que hacer notar que, pese a las comparaciones que hacen de él los fachas de hoy día, y que le ponen a la altura de Franco, se distinguía de Paquito en varias cosas. La primera era su amistad con varios diputados socialistas, la segunda su carisma, que hacía un poco menos fuerte la imagen autoritaria de los que dieron el golpe de estado, y la tercera que no recibió el apoyo de los militares cuando le sentenciaron a muerte. Está claro que cría cuervos...

Hoy día padre e hijo han dejado su sello en mucha gente, que siguiendo la tradición de "lo que hace payasín lo repite payasete" adoran la ideología represiva de ambos, ignoran parte de los hechos que acompañaron su vida y aborrecen inconscientemente la libertad que hoy tenemos. En fin, tiene que haber de todo en el mundo.

Saludetes con salud.