Autobús 152C

Desde esta mañana mi vida ha cambiado. Sí. A partir de hoy sé lo que sienten los hindúes en los trenes que van cargados hasta el techo de personas. Ahora conozco lo que deben vivir los trabajadores de Tokio cuando se meten en un tren mientras los empujadores les colocan cual figuras del Tetris. Desde hoy me hago una ligera idea de lo que debían ser los trenes cargados de judíos que los malditos nazis juntaban para trasladarlos a campos de concentración.

Y es que esta mañana me ha tocado la peor parte del autobús 152C.

Este autobús cubre la línea Plaza de Castilla-San Sebastián de los Reyes. Cuando llega por la mañana, antes de las 8 y supongo que después también, el espectáculo es lamentable. Muchísimas personas nos hacinamos a las puertas cuando llega el vehículo. Un revisor en la parte trasera es literalmente aplastado y empujado todas las mañanas mientras intenta mantenerse cerca de las puertas. Cuando ya ha entrado todo el mundo que ha podido, este revisor golpea varias veces en los cristales del autobús para que el conductor sepa que debe cerrar porque allí no entra un alma más, ya que el conductor obviamente no ve nada con el tremendo jaleo.

Las filas de espera no existen para este autobús. Yo he tenido la suerte todas las mañanas que lo he cogido de, entre salvajes empujones (es tal y como lo digo) coger un sitio sentado. Pero hoy no he tenido más remedio que apañármelas para ir cerca de la puerta trasera e intentar sobrevivir.

Es tal el barullo que se forma, que en las curvas parece peligrosamente como si se fueran a abrir las puertas de la presión que ejerce la gente que se cae (sí, sí, se cae entre el mogollón) hacia los lados. Encima de la salida trasera hay un cartel que reza "Dejen libres los peldaños". La verdad es que no he podido sino sonreír tristemente al verlo. En el espacio que ocupan los peldaños, aproximadamente 2 metros cuadrados, he contado que nos hallábamos 10 personas totalmente apretadas. El resto del autobús, más o menos igual.

Sé que éste no es el único medio de transporte que va así, que el resto de autobuses en la madrileña parada de Plaza de Castilla tienen una afluencia parecida. Sé también que otros servicios como el Metro o el tren de Cercanías van hasta arriba en hora punta. Pero de verdad lo de este autobús nunca jamás lo había conocido antes. Cualquiera que tenga tiempo e interés se puede acercar una mañana y comprobar lo que digo. Es lamentablemente espectacular. Alguna mañana veo verdaderos empujones de película para entrar.

El problema a mi juicio es que debería haber más autobuses o más opciones para ese recorrido. Pasan cada 15-20 minutos y en ocasiones hay algunos de refuerzo, pero aunque pasaran cada 5 minutos seguirían yendo hasta la bandera. Supongo que no pondrán más servicio porque al estar privatizado el transporte en autobús en líneas interurbanas y al usar casi todos los pasajeros el abono transportes (cuyo dinero recauda y gestiona la Comunidad de Madrid), no le sale rentable a la empresa Interbús, S.A. poner más coches en horas punta y le da igual que haya porrazos, golpes, insultos, nervios, etc.

Saludetes resignados.