martes, septiembre 12, 2006

Completando una información

Hoy la Audiencia Nacional ha condenado al etarra Ignacio Bilbao Goikoetxea a dos años de cárcel por amenazas en 2003 al juez Garzón. Esta persona ha aparecido recientemente en los medios de comunicación donde a bombo y platillo se repetían una y otra vez las amenazas al presidente del tribunal al que decía que iba a "arrancarle la piel a tiras", además de pegarle "siete tiros".

Sin ánimo de justificar ninguna actitud ni ningún tipo de asesinatos ni amenazas de muerte, y con la sincera convicción de que el asesinato es condenable desde mi punto de vista en todas sus formas, además de que no comparto la acción de la lucha armada, cito a continuación unas declaraciones de Ignacio Bilbao Goikoetxea, extraídas de la página web www.eskunabarra.org, para mostrar lo que nadie se ha dignado ofrecer en los medios masivos de comunicación, para denunciar también esta situación que tiene que ver con la misma persona y para hacer recapacitar sobre si la represión que existía durante el franquismo aún existe, o si en un país teóricamente "libre" y "democrático" se respetan resoluciones como la "Declaración Universal de Derechos Humanos", que obviamente condena y prohíbe la tortura, ya que ningún asesino, maltratador, o cualquier tipo de persona que inspire odio a la sociedad debería sufrir tortura, para eso existen leyes que, funcionen mejor o peor, no son comparables a las animaladas de este testimonio.

*********************************************************

Iñaki Bilbao Goikoetxea

Antes de comenzar tengo que decir que al piso donde estuvimos, la Guardia Civil vino con Unai, un compañero, como “escudo humano”.


Los golpes comenzaron en la misma vivienda, en el momento de la detención. Me tiraron al suelo y allí mismo comenzaron a golpearme en la cabeza y patadas en los testículos. Después me llevaron a Intxaurrondo, allí no me golpearon aunque si me amenazaron. Me decían que me iban a matar. Y también me amenazaban con Esther y con mi madre, me decían que tras detenerles les iban a dar una paliza y les iban a violar. Todo ello, si yo no hablaba.


Después, de Intxaurrondo me llevaron a Egia, a la vivienda donde nos habían detenido, para proceder a efectuar el registro. Allí no me tocaron mientras registraban la casa, porque había un juez presente.


Pero en cuanto acabó el registro, y nada mas meterme en el coche comenzaron a golpearme y a hacerme la bolsa. Y así transcurrió todo el viaje de Donosita a Madrid sin parar. Me colocaron una capucha y encima de ella una bolsa de plástico. Cuando veían que estaba mal, dejaban que entrase un poco de aire, pero de nuevo comenzaban a cerrar y a apretar la bolsa. Los golpes eran casi todos en la cabeza y en los testículos, yo por supuesto, iba esposado a la espalda.


Nada mas llegar a Madrid me llevaron a una habitación y me ataron a una silla con cinta adhesiva. No me quitaron ni la bolsa ni la capucha de la cabeza. En la habitación de al lado oía los gritos de Unai, y me decían que si hablaba le dejarían en paz. Pasó un pequeño espacio de tiempo y comenzaron conmigo. Las torturas que me hicieron en Madrid durante aquellos cinco días fueron las siguientes: la bolsa me la hicieron no sé en cuántas ocasiones, pero muchas, en todos los interrogatorios no me la quitaban. En ocasiones, me echaban el humo de los cigarros y no sé que otros polvos dentro, y claro, después me apretaban la bolsa para que no entrara aire. En otras ocasiones me ponían tres o cuatro mantas en el cuerpo, atadas con cinta adhesiva, y de nuevo me hacían la bolsa. Me tiraban al suelo, se ponían sobre mí empujando con sus rodillas y golpeándome en el pecho. Este tipo de tortura también me la hicieron en numerosas ocasiones. Hoy en día sufro de dolor en el pecho y tos.

Me desnudaban por la fuerza, y como me negaba a realizar flexiones, me agarraban muy fuerte de los testículos y me obligaban a realizar flexiones. No controlaba el tiempo, pero acababa totalmente agotado, sudado, y cuando me veían así, me tiraban agua fría por encima. En una ocasión, me desnudaron a la fuerza y entre unos guardias civiles me obligaron a agacharme hacia delante y me introdujeron un palo por el ano.


También eran numerosos los golpes que me propinaban en los testículos, en ocasiones con un palo y en otras con los puños. Como consecuencia de ello, durante unos dos días sangraba al orinar. También me golpeaban en la parte trasera de la cabeza, pero no sé con qué.

Las amenazas fueron constantes, pero no solo contra mí, sino que también con mi madre y con Esther. Me decían que iba a detener a Esther y que la iban a violar sino hacía una declaración policial. Me ponían en las manos un palo muy grueso, y me decían que todos le iban a violar con aquello. También me decían que le iban a matar y con aquello me asusté mucho. Solo el pensar que a Esther le iban a hacer lo que me estaban haciendo a mí, pues... ya sé que no tengo perdón pero me lo creí todo.

Además de esto, durante aquellos cinco días también permanecí sin comer y sin dormir.
Le contaba todo al médico forense, pero era en balde.

*********************************************************

Reflexivos saludetes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda que se sigue torturando.Quiza no a los mismos niveles que durante el franquismo.
Igual que antes los torturadores siguen gozando de impunidad y sus crimenes son silenciados por el regimen y consentidos por los politicos y los jueces.

No solo se tortura a Etarras y gente de su entorno, tambien a manifestantes pacificos de cualquier sitio, no solo del Pais Vaso, ultimamente se ceban mucho con los inmigrantes, tanto con los adultos como con los menores.

Anónimo dijo...

Acabo de leer una especie de relato sobre la detención del etarra condenado por no se sabe cuantos crímenes y, parece ser, que está narrado en primera persona. Supongo que ha sido una broma macabra del que lo haya insertado en este blog. Si su intención es que sea el paradigma del brutal y despiadado estado policial en el que vivimos todos los españoles, acosados por el estado represor en todos los frentes de nuestras miserables vidas (que gracias a Sabino Arana nos pueden arrebatar en cualquier momento y debemos dar gracias por ello). Aquí queda mi desprecio y mi deseo de que os pudrais en el puto infierno (el euskaldun....el español parece ser que ya está lleno). Ojalá SI se torturara en este país de imbéciles que, no se sabe porqué razón, adoran al asesino despiadado y atacan a las víctimas de los asesinatos. "parece ser que se ceban mucho con los inmigrantes..." HAY QUE SER GILIPOYAS!!!!!!!!

Anónimo dijo...

El anónimo de las 2:22 parece que no ha comprendido nada. Su intelecto no dá más de si.

Raúl Ritchie dijo...

Sí, creo que no ha comprendido bien el contenido del post. Pero en todo caso, si desea que se torture en este país, quizá le parecería bien que algún vecino suyo le torturara por no pensar igual que él, o Greenpeace le encerrara en un agujero sucio por pisar una hormiga.

Por supuesto no se lo deseo, y nadie está aquí adorando a ningún asesino y por supuesto el testimonio no es ninguna broma macabra. Allá cada uno si sólo quiere ver parte de la realidad.

Anónimo dijo...

Reciente caso de torturas.
Y les han pillado de casualidad, porque les investigaban por otros delitos. Fueron torpes y no pusieron en el atestado que el torturado se resisitio que es lo q suelen hacer para justificar las lesiones.
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/09/26/espana/1159269545.html

Estadisticas Gratis